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El desplazamiento de un grupo de combate anfibio del Comando Sur de Estados Unidos a aguas en las cercanías de la República Bolivariana de Venezuela: una nueva amenaza

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  • 14 Min. de lectura

Por Alejandro Torres Rivera / San Juan, P.R. 24 de agosto de 2025

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En días recientes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado, como parte de su estrategia militar contra los carteles de drogas, particularmente los existentes en México y en particular el denominado “Tren de Aragua”, ordenó el desplazamiento de un grupo anfibio de combate a la región sur del Caribe. El desplazamiento de los medios navales estadounidenses se ubicarían a una distancia de doce (12) millas de las costas de la República Bolivariana de Venezuela. No es la primera vez que el desplazamiento de medios navales estadounidenses se da en el contexto de intento de golpe de estado contra Venezuela.

 

El grupo está integrado, en lo inmediato, por el buque anfibio LHD Iwo Jima; un submarino nuclear; otros medios navales adscritos al Comando Sur (entre los que se encuentran el USS Graverly, el USS Jason Dunham y el USS Sampson); así como la “22va. Unidad Expedicionaria de la Infantería de Marina”.[1] La fuerza anfibia incluye, además, aviones de combate F-35B, helicópteros de combate y de transporte de tropas, y aviones P-8.[2] Se anticipa que otros medios navales podrían sumarse a esta fuerza de combate próximamente.

 

Los Comandos Unificados de Estados Unidos

 

Allá para el mes de diciembre de 1946, concluida la Segunda Guerra Mundial y de cara al inicio de la Guerra Fría, la Junta de Jefes de Estado Mayor de Estados Unidos establecieron una “directiva organizativa” que llamaron Plan de Comandos Unificados (“Unified Command Plan-UCP”). Una vez tal directiva fue aprobada por el Presidente de Estados Unidos, el Plan se encargó de proveer una guía común a los comandantes de los diferentes Comandos de Combate entonces existentes[3]; establecer sus misiones, funciones y estructura de sus fuerzas; y finalmente, delinear  las áreas geográficas sobre las cuales tales Comandos ejercerían sus responsabilidades militares.

 

Mediante lo dispuesto en el Título 10, Sección 161 de las Leyes de Estados Unidos, al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas se le fijó la obligación, de que en períodos no mayores de dos años, revisaría las misiones asignadas a los Comandos, establecería la estructuración de sus fuerzas y formularía las recomendaciones de aquellos cambios que estimara necesarios proponer al Secretario de la Defensa, de manera que éste lleve ante la atención del Presidente de Estados Unidos tales propuestas y recomendaciones.

 

El Comando del Caribe (CARIBCOM) fue creado de conformidad con lo antes dicho en el año 1946. El Comando del Atlántico (LANTCOM), por su parte, fue creado en 1947. En su origen, y hasta su posterior modificación en 1950, el Comando del Caribe tenía asignada, como parte de su “Área de Responsabilidad”, a América Central, América del Sur y la Cuenca del Caribe. En 1950, las aguas del Mar Caribe fueron transferidas al Comando del Atlántico; y posteriormente, en 1956, las islas del Mar Caribe, pasaron a formar parte del Comando del Atlántico.

 

No fue sino hasta 1963 que el Comando del Caribe adoptó el nombre de Comando Sur (SOUTHCOM).

 

Para el año 1983, el Comando del Atlántico (LANTCOM), pasó a llamarse “U.S. Atlantic Command” (USLANTCOM). Estas siglas fueron  modificadas en 1993 cuando se le designa como USACOM. Sin embargo, este cambio de 1993, a diferencia de los anteriores, conllevó también un cambio en las tareas asignadas. Entonces, además de la responsabilidad naval por el Océano Atlántico, el Área del Caribe, y otras áreas; a dicho Comando se le asignó la función de “entrenar, integrar y proveer fuerzas”, asignándole la responsabilidad por el desarrollo de ejercicios conjuntos de la mayor parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos en dicho país y los oficiales asignados a las fuerzas de tareas conjunta. También se le asignó a dicho Comando proveer de fuerzas conjuntas, entrenadas y en estado de disponibilidad de combate inmediata, para su desplazamiento a cualquier parte del mundo según lo determinara el “National Command Authority”. Desde el punto de vista naval, las operaciones estarían supeditadas a las operaciones de la Segunda Flota, también conocida como Flota del Atlántico, cuya sede es encuentra localizada en Norfolk, Virginia.

 

En la revisión que se efectuara en 1995 del UCP, se determinó transferir a la jurisdicción del Comando Sur la responsabilidad que había sido antes delegada al Comando del Atlántico. Se fijo como fecha para la transferencia de funciones el año 1997, lo que supuso, en el caso de Puerto Rico, pasar a forma parte de la jurisdicción del Comando Sur a partir de ese año. Para ello se estableció un período de transición de dos años, el cual tomó como base el fin de la presencia militar de Estados Unidos en la Zona del Canal de Panamá a partir del año 1999.

 

Así las cosas, como resultado de los cambios implantados, Puerto Rico recibió la transferencia a nuestro suelo de: (a) la Guarnición del Comando Sur (USARSO), la cual se ubicó en el Fuerte Buchanan; (b) la transferencia a la Estación Naval de Roosevelt Roads de las Fuerzas Navales del Comando Sur (USNAVSO); y finalmente, (c) la transferencia, también a la Base Naval de Roosevelt Roads, del Comando de Operaciones Especiales del Comando Sur (SOCSOUTH). A partir de entonces, en Puerto Rico, tanto las unidades de la Guardia Nacional como las de la Reserva, pasaron a formar parte, en calidad de fuerzas auxiliares, al Comando Sur.

 

En el proceso de la revisión del UCP de 1995, surgieron discrepancias entre los intereses que impulsaba el Comando Sur, hegemonizado por fuerzas militares en tierra, frente a aquellos intereses que promovía la Marina de Guerra de Estados Unidos desde el Comando del Atlántico. El resultado final en dichas discrepancias fue la transferencia al Comando Sur de la jurisdicción sobre las aguas del Mar Caribe y sus islas, por considerar que ello le ofrecía a este Comando una mejor oportunidad para mejorar las relaciones con las marinas de guerra y fuerzas armadas de América Central y América del Sur; así como también, una mejor interacción del Comando Sur con agencias federales en lo concerniente al manejo de asuntos bajo la jurisdicción de estas agencias con países de América Latina, particularmente en operaciones anti narcóticos, tráfico de armas y migración.

 

Desde la revisión del Plan Unificado de Comandos de 1999, Estados Unidos ha venido incluyendo, como parte de sus discusiones sobre la estructuración de los comandos, la llamada “seguridad interna” o defensa del “Homeland”. Luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en su territorio, lo que era parte del área de responsabilidad asignada al Comando de Fuerzas Conjuntas, a partir de abril de 2002, se le asignó tal responsabilidad a un nuevo Comando: el Comando del Norte.

         

El Comando del Norte tiene asignada la responsabilidad por asegurar la seguridad interna de Estados Unidos, la cual lleva a cabo en coordinación con un nuevo Departamento creado luego de 2001, que pasó a llamarse   Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (“Homeland Security Department”).

 

El área de responsabilidad delegada al nuevo Comando del Norte cubre desde Canadá hasta México.

 

Actualmente Estados Unidos mantiene en operación los siguentes Comandos: (A) Comandos combatientes: Comando de África (USAFRICOM); Comando Central (USCENTCOM); Comando Europeo (USEUCOM); Comando Indo-Pacífico (USINDOPACOM); Comando del Norte (USNORTHCOM); Comando Sur (USSOUTHCOM); y Comando Espacial (USSPACECOM). (B) Comandos Combatientes Funcionales: Comando Cibernético (USCYBERCOM); Comando de Operaciones Especiales (USSOCOM); Comando estratégico (USSTRATCOM); Comando de Transporte (USTRANSCOM).

 

Estados Unidos cuenta, además, con las siguientes flotas:

 

Segunda Flota: Conocida como Flota del Atlántico, está basada en Norfolk, Virginia y atiende la porción Este de Océano Atlántico y el Oeste de Europa y África.

 

Tercera Flota: Abarca la Costa Oeste de los Estados Unido y el Océano Pacífico. Su sede está en San Diego, California.

 

Cuarta Flota: Abarca la zona de responsabilidad asignada al Comando Sur de los Estados Unidos  Caribe, América Central y América del Sur en el Océano Atlántico y Océano Pacífico). Su sede está en el estado de la Florida.

 

Quinta Flota: Abarca la zona del Oriente Medio, Mar Rojo, Golfo Pérsico, Golfo de Omán y Océano Índico. Su sede está en Baréin, península arábica.

 

Sexta Flota: Abarca el Mar Mediterráneo y el Mar Negro. Su sede está en Nápoles, Italia.

 

Séptima Flota: Abarca el Océano Pacífico (Occidental), Océano Índico, Golfo Pérsico y África Oriental. Su sede está en Yokosuka, Japón.

 

Estados Unidos tiene en operaciones diez (10) portaviones clase Nimitz y dos (2) activos clase Gerald Ford; tiene dos (2) en construcción y otro planeado.

 

Un grupo de combate de un portaviones cuenta, además del portaviones, con 3-4 cruceros y destructores, una fragata, dos submarinos de ataque y un componente anfibio de Infantería de Marina (2,200 efectivos) con un portahelicópteros; y buques de apoyo logístico

 

La Cuarta Flota y el Comando Sur

 

A partir del 1 de julio de 2008,  Estados Unidos tomó la decisión de  restablecer en nuestra región bajo la direccion del Comando Sur la Cuarta Flota. Esta tiene a su cargo la aviación naval, submarinos, buques de guerra y transporte, portaviones y buques anfibios, así como la conformación de las agrupaciones navales de combate del Comando Sur, las cuales estarían operando en la región del Caribe, Centro y Sur América.

 

La Cuarta Flota había sido creada originalmente por Estados Unidos en el año 1943. Su propósito en tal momento era defender a dicho país y la región de las incursiones hechas durante la Segunda Guerra Mundial de parte de buques de la armada alemana, principalmente de submarinos. Luego de la Guerra, en 1950, fue desactivada pasando sus funciones a la Segunda Flota localizad en Norflok, Virginia.

 

Al tomar la decisión de restablecer la Cuarta Flota como la Flota del Comando Sur, se determinó su ubicación en Mayport, Florida. El Comando Sur, por su parte, tiene su sede en Miami, Florida. Actualmente es uno de los nueve comandos militares de Estados Unidos. Cubre una superficie de 24,9000 kilómetros cuadrados en 31 países.  

 

Dentro de la agenda de trabajo de estos dos componentes militares, el Comando Sur y la Cuarta Flota, al igual que lo hizo en el pasado cuando cubría nuestra región la Segunda Flota, se encuentra el desarrollo de ejercicios navales y anfibios conjuntos con buques y fuerzas armadas de otros países latinoamericanos. Estos ejercicios, conocidos desde 1959 como UNITAS incluyen, además, otros ejercicios navales bilaterales como son: (a) “Teamwork South”, desarrollado en conjunto con la armada chilena; (b) “Silent Force Excercise” (SIFOREX), desarrollado con la armada peruana en el cual participan submarinos; (c) las “CD Operations”, de las cuales participan las Guardias Costaneras y otros medios navales utilizados por Estados Unidos desde las llamadas “Forward Operation Locations” (FOL’s); (d) PANAMAX, ejercicio desarrollado con otras fuerzas navales para la protección de los accesos al Canal de Panamá desde las aguas del Caribe y desde  las del Océano Pacífico; (e) operaciones contra el narco terrorismo, y (f) otros ejercicios denominados por Estados Unidos como ejercicios de ayuda humanitaria, como son, “Nuevos Horizontes”. A las anteriores actividades se suman aquellas de las cuales participa la armada estadounidense en el marco de sus relaciones públicas, todo ello enmarcado dentro de la defensa de la llamada seguridad de Estados Unidos en la región.

 

La prensa internacional ha reseñado el desarrollo de ejercicios del Comando Sur en distintas regiones de América Central y América del Sur bajo el palio de “Ejercicios de Ayuda Humanitaria”. Tal ha sido el caso de Costa Rico;  y en la región de las montañas de Talamanca, rica en depósitos de minerales y petróleo, localizada al sur del territorio nacional y cerca de la frontera con Panamá. De acuerdo con algunos observadores, detrás de estas gestiones, se oculta el análisis pro parte de Estados Unidos de explorar las posibilidades de explotación futura de los recursos naturales localizados en el lugar.

 

Desde agosto de 2016 se ha observado la utilización de aviones no tripulados (drones) de compañías estadounidenses que interesan la adquisición de tierras pertenecientes hoy a las comunidades indígenas.

 

Un estudio del Comando Sur titulado “US Southern Command Strategy 2018: Friendship and Cooperation in the Americas”, ya identificaba planes de dicha entidad militar para América Latina y el Caribe. Allí destaca la importancia para el crecimento económico de Estados Unidos del aseguramiento de los combustibles fósiles. América Latina es una región rica en petróleo,  gas natural, carbón y otros minerales. De acuerdo con la “Coalition for Affordable and Reliable Energy”,  ya entonces señalaba que en las próximas dos décadas Estados Unidos necesitaría un 31% adicional en petróleo y un 62% en gas natural para asegurar su demanda. Desde el año 1998 el gobierno de Costa Rica ha identificado cuatro de 22 áreas de exploración de petróleo que afectan la región de Talamanca.

 

Como una de las tareas asignadas al Comando Sur se encuentra la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Si bien Costa Rica no posee formalmente un ejército, entre 2009 y 2014, recibió de parte de Estados Unidos $25 millones, entre otras cosas, para la protección de sus fronteras. Entre 2011 y 2016 una unidad de intervención especial de Costa Rica participó de actividades denominadas “Fuerzas Comando” junto con  efectivos del Comando Sur. Lo anterior incluyó en 2016 competencias militares junto con la Infantería de Marina de Estados Unidos en la Base de Ancón, localizada en Perú, donde también participaron efectivos de Inteligencia y Operaciones Especiales de este último país. Igualmente en 2011 el Comando Sur financió e inauguró en Costa Rica una instalación de la Guardia Costanera en Punta Arenas, incluyendo la construcción de un muelle que permitiría el acceso de buques de Estados Unidos a dicho puerto.

 

Parte de esa presencia del Comando Sur en Costa Rica se da también mediante el envío de personal médico militar a las comunidades en las llamadas misiones humanitarias, como es el caso de la “Operación Pura Vida. Mediante ésta Estados Unidos envía médicos, enfermeras, dentistas y otros especialistas desde el “Bravo Joint Task Force” (JTF-B), que opera desde la Base Aérea Soto Cano (antes Parmerola), localizada en Honduras. Allí se encuentran ubicados 500 efectivos militares estadounidenses, así como otros tantos hondureños y cientos de efectivos civiles de Estados Unidos. Se trata de la instalación militar a la cual fue llevado Manuel Zelaya prisionero tras el Golpe de Estado que sufriera hace ya unos años.

 

El Comando Sur también actúa en conjunto con el “Joint Interagency Task Force South”, (JIATF Sur), localizada en Key West, Florida. Esta es responsable de los esfuerzos de interdicción en las regiones del Atlántico Occidental, la región del Caribe y del Pacífico Oriental, detectando aeronaves sospechosas y embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas, al terrorismo y a la migración ilegal.

 

El actual principal funcionario del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos nombrado por el presidente Trump en su primera administración, el general retirado John Kelly, fue el jefe del Comando Sur entre los años 2012 a 2016. Se le consideraba responsable del incremento en el uso de fuerzas especiales estadounidenses en América Latina y principal responsable de las relaciones militares de Estados Unidos con Colombia, Honduras y el resto de América Central en la lucha contra el narcotráfico y la inmigración.

 

 

En Colombia, el Comando Sur mantuvo en el pasado una relación directa y estrecha con el gobierno como parte de la llamada “Iniciativa Estratégica para el desarrollo de Colombia” y el “Plan del gobierno colombiano de Consolidación Nacional”; mientras para América Central y el Caribe,  el Comando Sur mantenía la “Iniciativa de Seguridad Regional de América Central” y la “Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe.”

 

Cambios producidos en quiénes gobiernan en algunos países ha traído para América Latina, no sólo olas de privatización de servicios esenciales, deterioro de la calidad de vida de la ciudadanía e intentos de restablecer instalaciones militares dentro de sus fronteras; sino que a ello se suma hoy un discurso agresivo, anti inmigrantes y racista por parte del gobierno estadounidense hacia las poblaciones de América Latina, incluyendo las que residen en su propio territorio.

 

La presencia del Comando Sur en nuestro Hemisferio ha sido una piedra constante en nuestro caminar libertario. De allí surgió la “Escuela de las Américas”, donde tanto torturador y militar sanguinario se formó para la persecución de los luchadores políticos y sociales en América Latina. El Comando Sur también ha sido responsable en la implantación de múltiples Golpes de Estados en la región latinoamericana. Es también el Comando Sur uno de los responsables de invasiones armadas a países latinoamericanos y ha sido, además, un instrumento de penetración imperial de Estados Unidos en la región.

 

El cierre de múltiples instalaciones militares de Estados Unidos en Puerto Rico, que incluyen el cierre de las operaciones en Roosevelt Roads y Vieques, no debe hacernos perder la perspectiva de que esa presencia militar sigue ejerciéndose sobre nuestro país y que en cualquier momento en que Estados Unidos decida que un recrudecimiento de la misma es necesaria, mientras el país carezca de soberanía propia, será más sencillo para ellos será restablecer lo que al presente han abandonado, o sencillamente, ajustar su presencia militar a los nuevos desarrollos tecnológicos y de armamentos. 

 

En momentos en que Donald Trump ha ordenado el desplazamiento de fuerzas navales y de la Infantería de Marina hacia las cercanías de Venezuela, en momentos en que el presidente estadounidense ha incrementado el precio de recompensa por el arresto y entrega a Estados Unidos del presidente Nicolás Maduro, en un acto a todas luces provocador e irresponsable para un jefe de gobierno, se impone la necesidad de recordar lo ocurrido en abril de 2002 contra el gobierno de Comandante Hugo Chávez Frías.

 

Wayne Madsen y Richard Bennett, bajo el título de “US returns to bad old ways in Venezuela” señalaron el 19 de abril de 2002 que bajo la cubierta del desarrollo de un ejercicio naval COMPTUEX y JTFEX en el Caribe, la Marina de Guerra de Estados Unidos proveyó a los militares venezolanos apoyo de interferencia de comunicaciones y señales de inteligencia en el marco del Golpe de Estado al presidente venezolano, Hugo Chávez Frías. Indicaron que a través del “US Navy SIGNIT” (“Signal Intelligence”), los buques estadounidenses estuvieron pendientes de las comunicaciones desde y hacia Cuba, Libia, Irán e Iraq a través de sus misiones diplomáticas en Caracas. Indican que los planes de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en apoyo al Golpe se comunicó al Presidente Bush durante su visita que hiciera a Perú y El Salvador en marzo de 2002.

 

La Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés), apoyó el Golpe utilizando personal del Comando Sur adscrito al “Joint Interagency Task Force-East (JIATF-E) en Key West, Florida, a través de lingüistas especialistas en español y operadores en intercepción de señales. También hubo la participación de personal de comunicaciones e inteligencia desde Sabana Seca en Puerto Rico y del Centro Regional Operacional de Seguridad (RSOC) en Medina, Texas.

 

Desde la porción Este de Colombia, personal contratado por la CIA y las fuerzas armadas de Estados Unidos utilizados en las operaciones anti narcóticos, se proveyó apoyo  logístico a lo largo de la frontera con Venezuela desde el aeropuerto Marandua, mientras que aviones de patrullaje desde la FOL (“Forward Operation Location”) en Manta, Ecuador, proveían apoyo de inteligencia a las operaciones.

 

Buques de guerra de la Marina de Estados Unidos, desarrollando sus ejercicios en el “Outer Range” del “Atlantic Fleet Weapons Training Facility” (AFWTF) se mantuvieron en alerta ante la posibilidad de evacuación de ciudadanos estadounidenses en Venezuela. Los buques incluían al portaviones USS Washington, los destructores USS Barry, USS Laboon, USS Mahan y USS Arthur W. Radford. A bordo de algunos de estos  buques se encontraban unidades para proveer señales adicionales de inteligencia a las unidades de Operaciones Especiales y de Inteligencia desplegadas en tierra desde territorio colombiano en apoyo a los golpistas venezolanos.

 

Por su parte la CIA proveyó personal del Grupo de Operaciones Especiales bajo un mando de un Teniente Coronel, asignado desde el Comando de Operaciones Especiales en el Fuerte Bragg, Carolina del Norte. Estos se encontraban en Venezuela desde el 2001 y pertenecían al “US Special Operations Intelligence Support Activity (ISA)”. Se indica que hicieron contacto con varios altos mandos de las Fuerzas Armadas de Venezuela, incluyendo al General Lucas Rincón, Vice Ministro de Seguridad;  con el General Luis Camacho Kairuz; y con empresarios y líderes sindicales de la Confedereación de Trabajadores de Venezuela, entre otros. Se indica que las conversaciones con líderes de la CTV comenzaron desde el verano anterior en las refinerías de Maracaibo. Uno de las personas reclutadas por la CIA era el presidente de FEDECAMARAS.

 

El Golpe también fue apoyado por el “Special Operations Phycological Warfare” (PSYOP’s) provenientes del Fuerte Bragg, los cuales manejaron los anuncios en TV a nombre de políticos y empresarios venezolanos, como también en la radio, indicando que Chávez había precipitado la crisis al ordenar disparar contra los que protestaban en Caracas. Técnicos en guerra electrónica bloquearon las comunicaciones de los teléfonos celulares y frecuencias de radio entre Caracas y las ciudades del interior en coordinación con el Batallón de Inteligencia “General de Brigada Andrés Ibarra”del Alto Mando de las Fuerzas Armadas de Venezuela.

 

Sería totalmente iluso pensar que si el propósito de Donald Trump es atacar a Venezuela, acciones como las ya descritas no se vayan a repetir. De ahí la importancia en el mecanismo defensivo disuasivo al cual ha recurrido el presidente Nicolás Maduro, al ordenar la movilización general de todo un pueblo para enfrentar cualquier intento de invasión y violación de la soberanía nacional venezolana.


[1] Ver noticia de Natasha Bertrand en CNN digital, 15 de agosto de 2025, titulada  EE.UU. despliega más de 4,000 militares adicionales en aguas cercanas a Latinoamérica para su lucha contra los carteles.

[2] “El Universo”, redaccion@eluniverso.com, 19 de agosto 2025.

[3] Los Comandos de Combate se encuentran esparcidos por diferentes regiones del mundo y a través de ellos se coordinan las operaciones militares que Estados Unidos despliega en dichas regiones. Puerto Rico, en las pasadas décadas ha estado en distintos momentos bajo el Comando del Norte y actualmente se encuentra bajo la jurisdicción del Comando Sur.

 
 
 

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