Los panameños rememoran hoy la gesta del 9 de enero de 1964, cuando policías y soldados estadounidenses masacraron a estudiantes, que intentaron izar su bandera en el enclave colonial de la Zona del Canal.
Este domingo el pabellón nacional ondeará a media asta en la cima del Cerro Ancón y las autoridades nacionales y otras organizaciones depositarán ofrendas florales en el Monumento a los Mártires, ubicado en el escenario real de los hechos en la entonces Escuela Balboa.
Pero para el ensayista Olmedo Beluche, esa fecha tiene una mayor connotación, pues marcó un punto de quiebre de la política norteamericana en el Istmo.
En su más reciente artículo, “9 de Enero de 1964: una revolución popular antiimperialista”, el también periodista aseveró que el acontecimiento hizo añicos el sueño de riquezas que la oligarquía panameña había pintado en 1903 para imponer un estado «independiente».
Lo que en realidad era un «protectorado», una colonia norteamericana, así como el oprobioso Tratado Hay-Bunau Varilla que entregó la vía interoceánica a Estados Unidos «como si fueran soberanos», señaló.
En 1964, afirmó, eclosionó la experiencia acumulada del pueblo, dirigida por los sectores más combativos que habían enfrentado la presencia colonial imperialista. Aquel 9 de enero, recordó, al conocerse de la agresión sufrida por los estudiantes del Instituto Nacional, de la bandera mancillada por los zoneítas (habitantes de la franja colonial), de la brutal represión de la soldadesca yanqui, el pueblo reventó de indignación y acudió en masa, espontáneamente, para cruzar la cerca y plantar una bandera.
Allí, en la barricada o simplemente tumbados en el piso en torno a lo que hoy es el «Palacio Legislativo», miles también se enfrentaron con valor a la metralla de los tanques, agregó.
Del 9 y hasta el 11 de enero, hace 58 años, comentó, el pueblo permaneció insurrecto en las calles de las ciudades de Panamá y Colón. Tres días en que las acciones no se limitaron a plantar banderas, sino a enfrentar, con las pocas armas de que se disponía, a las tropas yanquis, remarcó.
Tres días en que todo símbolo o propiedad de empresas norteamericanas fue saqueado y quemado, acotó.
El gobierno de turno, dijo, que cobardemente se había escondido empezó a sacar a la Guardia Nacional de los cuarteles hacia el 11 y 12 de Enero. Pero no lo hizo para defender a la nación agredida, sino para detener a los dirigentes populares de la insurrección, una gran cantidad de los cuales fue a parar a la cárcel Modelo.
En Panamá nadie olvida que como consecuencia de aquellos enfrentamientos y disparos de los uniformados, murieron unas 22 personas y medio millar recibieron heridas de bala, bayonetas y objetos contundentes, en medio de una violenta represión que obligó al gobierno de Roberto Chiari a romper relaciones diplomáticas con Washington.
La tensa situación impuso que ambas partes consideraran la necesidad de buscar una solución duradera, lo que después con la solidaridad internacional encabezada por el Movimiento de Países No Alineados, se logró con los Tratados Torrijos-Carter, en 1977, y la descolonización de la Zona del Canal.
Para Beluche, la prosperidad económica que hoy campea sobre el país se debe, sin duda alguna, a la Gesta del 9 de Enero, porque está fundamentada en los ingresos que la ruta interoceánica produce y que antes Panamá no recibía, aunque esos millonarios aportes al Estado no se distribuyan por igual en toda la sociedad.
Este 2022, como parte de la conmemoración, finalmente entró en vigor la reglamentación de la ley 163, de septiembre de 2020, que permite la entrega de beneficios como resarcimiento económico, pensión vitalicia, atención médica inmediata, becas y otros aspectos para familiares de los fallecidos, mártires del 9 de enero de 1964.
La legislación, publicada en Gaceta Oficial, busca dar un reconocimiento a estos héroes de la patria y permitir que “sean beneficiarios con decoro y bienestar”, según la ministra de Educación; Maruja Gorday, quien encabeza la comisión gubernamental encargada de la iniciativa.
Sin embargo, para muchos en la histórica fecha estalló el clamor de soberanía, gracias al gesto patriótico de estudiantes y pueblo panameños, al luchar por la izada de su insignia en la antigua Zona del Canal, entonces territorio estadounidense.
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