Juan Camacho (13 de agosto de 2021)
CSC - Santurce, Puerto Rico
Hoy celebramos el 95 cumpleaños del gran comandante Fidel Castro Ruz. No es una celebración cualquiera, ni mucho menos rutinaria. Es llevar a la más alta comprensión lo que significa la dignidad, el patriotismo y la identidad de nuestros pueblos caribeños y latinoamericanos. Es demostrar con el más apretado abrazo, nuestra más genuina solidaridad con el pueblo cubano. Fidel no está físicamente con nosotros, pero su obra y pensamiento vive no solamente entre nosotros y los cubanos, sino en toda la América y el mundo entero. Por algo se le llama el eterno comandante.
En Cuba, en cada evento trascendental que estremece la cultura, la sensibilidad y el orgullo nacional, se filtra el nombre de Fidel. Basta con escuchar un comentario de un cubano, ya sea un intelectual, un estudiante, un ciudadano de a pie o un campesino, para escuchar la adjudicación de ese logro a Fidel, engrandeciendo su nombre aun luego de su partida física. Esa actitud de pueblo, ese deseo de decirle y contagiarle al mundo cuán grande fue Fidel es lo que le da vigencia y pertinencia en Cuba a su pensamiento y obra. Un poco hoy, nosotros hacemos lo mismo, sin tratar de inventar la rueda de su historia, sino contándola como ha sido y como perdura. Los sucesos de este año son el mejor ejemplo de lo que estamos planteando. Buenos o malos son impactados por la obra y pensamiento de Fidel. Veamos. El anuncio de haber logrado cinco candidatos vacunales, en plena pandemia, con las más altas necesidades de materia prima y de comunicación con el mundo científico, no solamente es el éxito de los científicos cubanos y de la biofarmacéutica cubana, sino de la intervención de Fidel, quien cuando nadie se imaginaba que esto pudiera suceder, ahí estaba su pensamiento, su propuesta, su dedicación, su mirada al futuro, su entrega y el más apto seguimiento para que las cosas sucedieran. Los sucesos en las naciones unidas, donde se repitió con mucho éxito el respaldo casi unánime (por un tantito así) de todos los países miembros de dicha organización, es otro ejemplo del resultado de esa proyección y esa visión del comandante, quien junto a otros en el pasado y al digno canciller Bruno Rodríguez Parrilla en el presente, han logrado este avance de manera constante. (Habrá que auscultar qué proyectó Fidel para darle concreción práctica a ese apoyo mundial para que pueda trascender el tema del bloqueo). Otro suceso que merece ser enmarcado en la celebración del cumple 95 de Fidel, es la gran victoria de la delegación cubana en los juegos olímpicos que recién terminan. En la misma medida que con los candidatos vacunales Cuba deja atrás a decenas de países desarrollados, así sucede con el resultado de los Juegos. Con una delegación de apenas 69 personas, Cuba logró 15 medallas (7 de oro, 3 de plata y 5 de bronce), ocupando la posición numero 14 entre todos los países participantes. Ganando más medallas que todos los países de América incluyendo a Canadá y dejando atrás a grandes potencias. No es un secreto para el mundo que, si en una instancia de pueblo Fidel ha tenido intervención directa, ha sido en el deporte. Aun en los tiempos difíciles, como ahora, la continuidad del deporte ha sido prioridad, con menos recursos, porque no los hay, pero con la misma mística y agresividad de los primeros años. Así, recordamos, cuando en el 2016 otorgamos al Comandante y a la delegación cubana de los X Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1966, celebrados aquí en San Juan de Puerto Rico, la Medalla de la Dignidad del 50 Aniversario del Cerro Pelado. Momento que más allá del reconocimiento que hacíamos a Fidel y al deporte cubano, fuimos sedes del evento y uno que otro, viejos y jóvenes, defendimos la participación de los atletas cubanos y del acto tan valiente y desafiante al imperio protagonizado por Fidel. Para nosotros, jóvenes en ese momento, divisar el Cerro Pelado en nuestras aguas nacionales, en total desafío al imperio que nos sojuzga, fue una motivación y esperanza que jamás olvidaremos. Y para terminar esta reflexión de cumpleaños, tenemos que destacar la resistencia del pueblo cubano ante el ataque del nuevo Girón ocurrido el pasado mes. Esta vez no había armas de fuego ni Fidel llegó en un tanque a dirigir las fuerzas cubanas. Pero había un plan que le apellidan blando, como si el adjetivo aminorara la ilegalidad. Es un plan más perverso que Girón, porque esta vez actuaron desde adentro. Pero aun así no pudieron con la resistencia del pueblo en defensa de su soberanía. Los contrarios salieron a la calle respaldados, no solamente desde Miami, sino desde el mismo poder político de Washington. Sin embargo, la continuidad de la obra y pensamiento del Comandante, en manos de una nueva dirección consciente de ella, siempre estuvo presente. Las amas de casa, los campesinos, el joven, el deportista, el docente, todos repudiaron la invasión desde el prisma del Comandante, aunque no estuviera presente, demostrando que en los momentos de crisis, donde algunos flaquean, se confunden y hasta traicionan, la resistencia es una característica fundamental de ese pensamiento fidelista. Pero además del pueblo, los dirigentes actuaron a la medida de las circunstancias, haciendo presencia en los lugares de los focos y declarando las calles lugares de resistencia revolucionaria, con todo lo que eso implica. Desde Puerto Rico, sabemos que este año 95 de Fidel ha sido duro para el pueblo cubano, pero lleno de victorias, de esperanzas, de resistencias y de mensajes para descifrar.
Viva Fidel Viva el pueblo cubano Patria o Muerte - Venceremos
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