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Discurso ante el monumento de Don Pedro Albizu en Salinas

Foto del escritor: CSCPRCSCPR

Por: Astrid Raquel Cruz Negrón

Buenos días, compañeras y compañeros. Soy Astrid Raquel Cruz Negron. Legisladora Municipal por el PIP en Utuado. Además, soy maestra federada, he sido activista comunitaria, ambiental, sindical y política en diversos espacios. Dentro de mi activismo, recorrí este hermoso pueblo de Salinas, a pie, bajo un sol muy intenso, porque fui una de las coordinadoras nacionales de la caminata X Oscar López Rivera. Primero que nada, agradezco la invitación, la cual me honra inmensamente. Viniendo de compañeros tan comprometidos y admirables y teniendo en cuenta el nivel y la trayectoria de los oradores usuales en este espacio, supone para mí un halago del cual espero algún día estar a la altura. Así mismo, como mujer trabajadora y proveniente de las bases de lucha de la clase trabajadora de nuestra nación, este honor me entusiasma como señal de que, en nuestras tribunas, nos montamos nosotras viniendo de donde vengamos. ¡Agradezco mucho que así sea, porque la patria que queremos es para todas y todos!

Hoy celebramos los 140 años del Nacimiento de Don Pedro Albizu Campos, la figura más significativa y conocida del independentismo boricua. De este guerrero, es mucho lo que ya se ha dicho, desde tesis académicas, discursos políticos, homenajes y hasta la honrosa mención de su nombre por el mismísimo Che Guevara, ante la Organización de Naciones Unidas. Por ello, más que hablar de Don Pedro, siento el llamado a contextualizar su figura en el país que nos queda hoy.

Quiero comenzar consignando el hecho de que hace unos días se cumplieron 70 años de aquel 29 de agosto de 1951, en el cual Don Pedro Albizu Campos, fue convicto por la Ley de la Mordaza, Ley # 53 de 10 de junio de 1948, por doce discursos ofrecidos en diversos pueblos y plazas de la isla, incluyendo uno en mi pueblo de Utuado. Por ello, cuando una independentista se para hoy en una plaza, como lo estoy haciendo yo, a dar un discurso, estamos celebrando una victoria. ¡Aquí estamos! No nos derrotaron.

La pertinencia de la inmensa figura histórica de Don Pedro comienza en el hecho de que su causa de lucha principal sigue viva: la colonia, el imperialismo norteamericano y su patrón de abuso y saqueo. Por un lado, Podemos pensar que la colonia ha fracasado, mirando los resultados sociales que enfrentamos, los cuales ya advertía Don Pedro con visión preclara. Pero el Proyecto colonizador no ha fracasado, tenemos que entender que sus objetivos han sido siempre, precisamente, el extractivismo, el lucro ajeno a nosotros y el posicionamiento imperial, a costa de nuestras vidas, si fuera necesario, y aun en detrimento de todo lo que merecemos y tenemos. A pesar de que hemos arrancado ganancias y pedazos de pan al tirano, a costa de mucha lucha y sacrificio, en balance el coloniaje ha sido un esquema exitoso para el imperio. Aun hoy lo sigue siendo porque el uso de los espacios por los colonizadores cambia según sus ambiciones. El imaginario de las islas como paraísos de escape que surgió en el romanticismo colonial, posterior a la ocupación europea de nuestro continente, permite que hoy otra forma de extractivismo en el Caribe sea el turismo desconsiderado. Si bien hoy no se llevan oro o no imponen fábricas con mano de obra a chavo, porque eso lo hacen en otros territorios, en el nuestro construyen paraísos fiscales y escapes turísticos neoliberales que nos desplazan y privan de viviendas dignas y de planificación sensible para el pueblo, por dar un ejemplo. Bien vaticinaba Don Pedro Albizu Campos, lo que se revela clarito en la actual etapa del colonialismo neoliberal, cuando dijo: “A los yanquis lo que les interesa es la jaula, no los pájaros”.

Los acontecimientos de los últimos años han destapado el abandono del proyecto colonial clásico, en que las potencias imperiales saquean toda la materia prima y la mano de obra de sus colonias, por lo que al menos deben mantener con vida a sus explotados. En parte por ello, para garantizar la existencia del peón, y como ganancia de las luchas de nuestros independentistas, nacionalistas, socialistas, la administración imperialista tuvo que conceder muchas cosas a nuestra gente. Nuestro pueblo pudo ir construyendo país, a pesar de la colonia. Si bien se construían carreteras a merced de la central azucarera o de la farmacéutica o bioquímica, a su vez nuestra gente ganaba batallas para lograr que las tuvieran que extender a sus comunidades. De esa forma, los puertorriqueños y puertorriqueñas pudimos llevar escuelas y luz eléctrica a las comunidades más aisladas. Hoy vemos todo eso revertido y un nuevo modelo de coloniaje que no nos precisa vivos, ni para peones. La gentrificación, los Airbnb, las zonas exclusivas cada día ganan terreno. De forma simultánea, las comunidades rurales se reducen, se cerraron sus escuelas, se desiste de llevar luz e infraestructura o reconstruir en muchos espacios, sobre todo los más aislados. Es así como se concretiza el augurio de Don Pedro de que quieren solo la jaula. Lo leímos clarito de parte de funcionarios públicos, en aquel desgraciado chat, que veían un futuro fenomenal sin puertorriqueños y que fantaseaban con echar nuestros muertos a los cuervos. Justamente, esas infamias fueron dichas como secuela de uno de los momentos más duros para nuestro pueblo, cuando más se ha develado ese abandono del proyecto colonial clásico, que ha desnudado su verdadera naturaleza. Es importante decir que el Huracán María, si bien fue un fenómeno temible y peligroso a causa del cambio climático, (que también es provocado en gran parte por el capitalismo imperialista) no es un desastre de la magnitud que lo fue por su propia naturaleza. Con esto quiero decir que no hay fenómeno natural que en sí mismo sea tan trágico si no es por la respuesta deficiente o criminal de parte de la sociedad. Aquí la inmensa mayoría de las muertes fueron por la falta de respuesta efectiva de las instituciones y el abandono de décadas de nuestra infraestructura. ¿Para qué gastar en los pájaros si lo que desean es la jaula?

En aquellos doce discursos que se usaron para procesar a Albizu por la criminal y deshumanizante Ley de la Mordaza, impuesta por el Partido Popular que administraba la colonia en ese momento, él denunciaba como problemas principales la farsa del ELA y la ausencia de soberanía de PR. Sin embargo, Don Pedro, teniendo claro que para que “los pájaros” algún día tengamos la jaula bajo nuestro mando, tenemos que garantizarnos una vida digna, también denunciaba asuntos cardinales para los puertorriqueños y para la clase trabajadora, como las políticas económicas, la persecución ideológica, la educación, la salud, la cultura, la explotación, la situación de poblaciones vulnerables y la emigración. En nuestra década actual, Podemos trazar paralelismos con los años 50 del pasado siglo, comenzando por la masiva migración de nuestra gente a causa de la falta de servicios básicos. Esto aumenta la pertinencia de las denuncias de Albizu. Quizás, son aún más aplicables hoy, ya que como explique antes, en aquella época al menos se iban hacienda concesiones a la clase trabajadora porque la necesitaba que una parte sustancial de esta se quedara aquí. Ya no.

La etapa del neoliberalismo colonial que vivimos nos lleva en retroceso a antes de los 50. Si en esa década se abrían escuelas en los campos, y no les funcionó ni poner a Peyo Mercè a dar inglés y llevar a Santa Clos a La cuchilla, ahora hemos visto que se arrestan maestros por protestar para que se reabrieran las escuelas después del huracán María. Ese es un ejemplo que podríamos usar de analogía en todos los demás servicios esenciales. Los independentistas, como Don Pedro y el resto que le hemos heredado la lucha, en larga tradición de defensa de las causas sociales de nuestro país, siempre hemos señalado en el momento la disfuncionalidad de nuestro modelo político económico, para ver con el tiempo que la desgracia propia nos da la razón. En aquellos doce discursos condenados por el Sistema de injusticia colonial, por los cuales Don Pedro fue convicto, el engaño del plan de industrialización que se implementaba en la isla, el cual sabemos que creo una falsa imagen de crecimiento económico que se llevaba de aquí todas las ganancias que producía nuestra clase trabajadora y luego nos dejó cientos de edificios de fomentos en ruinas y un país de desempleados sin un plan económico productivo. Albizu, para establecer esa farsa improductiva a largo plazo, que solo beneficiaba a los ricos de afuera, en sus discursos puso como ejemplo una compañía de textiles, empresa archimillonaria a la que el gobierno, a través de Fomento Industrial, le construyó gratuitamente una planta en Ponce. Y sobre todo la emprende contra la Compañía de Fomento por ofrecerle a los Hilton, los dueños de hoteles más ricos del mundo, construirle un hotel por 8 millones, cuando conoce de primera mano, que don Félix Benítez Rexach, ingeniero puertorriqueño, había dicho que lo podía construir por 3 millones. Estas denuncias las hizo en sus discursos de Arecibo, 1949; Utuado, 1950 y Ponce, 1950. Esas industrias textiles, como sabemos, llenaron la zona central del país, con un modelo que desplazo a nuestras campesinas de sus barrios, para dedicarse a coser para el imperialista, enriquecer al imperialista, dejando sus vidas, sus campos, muchas pasando del barrio al casco urbano y luego a ciudades de EU, redistribuidas por el capital donde necesitara más manos. Luego se largaron y dejaron atrás la infraestructura que el estado hizo enfocada en esa fábrica y que ya a nadie sirve, los barrios desiertos, las familias divididas por las migraciones forzadas, un país diseñado para el capital, abandonado a por los capitalistas. Esa travesía de las obreras de la aguja Don Pedro la conocía perfectamente. Para trabajar como costurera fue que Lolita Lebrón dejó su barrio en Lares para mudarse a la zona del pueblo, de ahí al pueblo de Utuado y de ahí a Nueva York, donde ya sabemos su trayectoria. En Utuado, donde precisamente Don Pedro dio uno de esos discursos, las trabajadoras no permitieron que el desastre se consumara completo y se organizaron como cooperativa y tomaron la empresa que decidió cerrar cuando se terminó el subsidio de las 936. Me refiero a la fábrica utuadeña que han visto este verano y el mes pasado ocupando la prensa, la Cooperativa Industrial Creación de la Montana. Los paralelismos son tan grandes que son pasmosos. Hace 70 años, Don Pedro denunciaba en mi pueblo y los pueblos aledaños, las acciones de Fomento Industrial, en un plan que era dirigido solo a servirles a los ricos de afuera y que nos dejaría desprovistos a nosotros. Hemos visto cada una de sus advertencias sobre el tema cumplirse. No solo eso. A quienes han luchado contra ello, como esas trabajadoras utuadeña de la aguja, para lograr su sustento y cierta producción local, rescatando un mínimo de lo que el plan industrial echó a la basura, el Sistema las penaliza y las ataca. A 70 años, en Utuado volvimos a denunciar a Fomento, como instrumento para nuestra desposesión para echarnos a los pájaros afuera o dejarnos morir.

Cuando los administradores cómplices del imperialismo han actuado para provocarnos la muerte, nuestra indefensión se ha paleado en muchas veces debido a las luchas de nuestra gente independentista que conoce las advertencias de Don Pedro. Un gran ejemplo de ello es la juventud que organizó comedores sociales tras los huracanes, que ha puesto sus cuerpos en primera línea para protestar la junta de control fiscal, esa juventud de todas las edades que sacó a Ricardo Rosello de Fortaleza cuando se destapo que su gente sueña un PR sin puertorriqueños, esa juventud, nos garantiza el legado de Don Pedro. Otro ejemplo digno del rol de los independentistas en la defensa de nuestra tierra para evitar que nos echen de aquí, son las luchas ambientales, de las cuales aquí en el sur de la isla dan catedra muchos de ustedes. Las independentistas hemos detenido explotaciones mineras, gasoductos, mayor deforestación, destrucción de ecosistemas importantes, depósitos de cenizas, entre otras afrentas. Y las que aún no hemos detenido, al menos hemos trabajado para concientizar y destapar el daño, como es el caso de la planta de carbón de AES, que confío que detendremos más temprano que tarde. Aun no se habla mucho de que en nuestra tierra hemos sido víctimas de la migración climática, tenemos migraciones forzadas por el cambio climático. Por ello, ese activismo ambiental es imprescindible para que no se nos queden con la jaula, como decía Albizu.

Estando bajo tanto ataque, quiero pedirles que los diagnósticos terribles de Albizu, sean la alarma para que nos alcemos en lucha cada día, porque como una vez dijo en sus discursos criminalizados: “los yanquis a Puerto Rico lo mantienen debajo de una campana, bajo una campana pesada, y cuando los nacionalistas tocan la campana por dentro, nos quieren estrangular, nos quieren ahogar y nos quieren asesinar”. Sonemos la campana y levantemos la alarma, pero que eso no esté contrapuesto con que heredemos su optimismo, cuando decía que siempre tendremos patria porque "Nuestro pueblo jamás será derrotado, pues generación tras generación parirá héroes y heroínas." Por lo tanto, corresponde educar para replicarnos en las nuevas generaciones, apoyarles, seguir resistiendo en todos los espacios. Arreciemos las luchas por la educación, por los servicios esenciales, en contra de la junta y de toda intervención imperialista, de los planes de austeridad que nos estrangulan y consuman las peores advertencias albizuistas. Por ello, a los independentistas nos corresponde movernos, movernos de verdad físicamente a donde haya una escuela en lucha, una fábrica de costureras que llama, una protesta ambiental, en el bosque o la playa. La defensa del hábitat cobra especial urgencia porque tenemos que mantener limpio el nido; ya no digamos la jaula sino el nido. Que sea este nuestro nido, que espere limpio y abastecido a sus pájaros, a los que permanecen aquí y a los que haya alzado vuelo.

Hace 70 años, Albizu fue preso por hacer lo que estamos haciendo ahora mismo. El uso de la palabra ha sido la primera vía para criminalizar al independentismo en nuestro país. Don Pedro es el vivo ejemplo de ello, al ser el primero y el más acusado por la Ley de Mordaza. Sin embargo, esto lo hemos sufrido los independentistas de todas las tendencias. Criminalizar la palabra, en una cultura fundada sobre preceptos cristianos, en que el propio Mesías se considera La Palabra, el Verbo, y las escrituras narran aquello de “una palabra tuya bastara para sanarme”. Todo ello apunta a la certeza de que las palabras son ponderosas. Por ello se nos ha querido callar, porque no pueden rebatir nuestros señalamientos. Esto me recuerda el llamado que hiciera Don Gilberto Concepción en un poema “En esta hora de reivindicaciones universales, yo le digo al pueblo de Puerto Rico... Di la palabra que mueve montañas, Di la palabra, obrero y campesino. Di la palabra creador de ideas y belleza. Di la palabra, La palabra es... ¡LIBERTAD!”. Si alguien dijo la palabra, las palabras, a pesar de jugárselo todo con ello, fue Don Pedro Albizu Campos.


¡En su honor, digamos la palabra... LIBERTAD!
¡Que viva Don Pedro!
¡Que viva PR libre!

Discurso pronunciado el 12 de septiembre de 2021 en Salinas, Puerto Rico.



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