(A la Brigada Médica Henry Reeve)
Por William Pérez Vega; Poetas en Marcha
“Sobre sangre van los hombres, navegando en sus barcazas: reman, que reman, que reman, nunca de remar descansan!”
(La sangre es un mar inmenso, Nicolás Guillén)
Cuando alguien dijo
metralla, jaula, muro, buitre,
Cuba dijo: ¡Batas blancas!
mensaje en la botella de las caracolas,
manos que reman los mares del llanto
hasta el beso de todas las tierras,
ramo de olivo sobre cualquier diluvio,
paloma que busca posarse en cada suelo
como cuando borramos las fronteras
y decimos el milagro de los abrazos,
dedos que tocan en cada puerta
hasta la danza de todas las gentes
para hacer del sufrimiento un himno,
una risa, un clamor, un poema distinto
que se pronuncia ¡levántate y anda!
como un milagro que llama a la vida
aunque halla que remar fuerte y sin descanso
para hacer de la zozobra una esperanza.
Porque
cuando nos echaron el virus del miedo
nos vimos en el medio de un abrazo,
en el abecedario de un poema,
en la letra de todas las palabras
para decirle al planeta que no rueda solo
y más allá de todas las tinieblas
la paz está después de la justicia
como una brigada en la punta del alba.
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