Publicado por Walter Ortiz
Existe una pretensión estratégica, desde EEUU y Europa Occidental, de hacer irrumpir liderazgo fascista en todo el continente latinoamericano
Ya se cumple el primer mes de la elección presidencial en la República Bolivariana de Venezuela, y de la ratificación del Presidente de la República Nicolás Maduro Moros al frente de la primera magistratura del país, en un nuevo período constitucional que iniciará el 10 de enero de 2025 hasta el 10 de enero de 2031.
Este momento es clave para dejar sentadas algunas verdades amargas para quienes pretenden desde una falsa moral tratar de presionar a la institucionalidad democrática venezolana, y continuar amenazando al pueblo de Venezuela con nuevas agresiones, cuestión ya a este punto inaceptables y de poco vuelo a la hora de los chantajes a una Nación que durante once años consecutivos ha tenido que soportar todo tipo de agresiones para tratar de demoler el sistema político independiente y soberano, nacido bajo los auspicios de la Constitución Nacional de 1999.
Estas verdades enunciadas, también sirven para dejar clara las verdaderas profundidades del porqué el ataque sistemático a una Nación que desde la llegada de Hugo Chávez al poder político, y luego con el Presidente Nicolás Maduro, ha sostenido inquebrantables banderas de autodeterminación, no sujetas a tutelaje alguno desde el exterior.
Entonces, a un mes de esta victoria electoral del pueblo venezolano, hay que valorar estas verdades por muy amargas que a algunos pueda sonar.
Sobre la República Bolivariana de Venezuela existe toda una concepción y construcción política del occidente colectivo de pensamiento único neoliberal, y en muchos casos promoviendo la destrucción del estado social por vía del anarco capitalismo; para recolonizar una Nación que exhibe entre otros recursos vitales la primera reserva de petróleo del planeta y la quinta en materia de gas.
La oposición extremista trató de fabricar una nueva revolución de colores, estilo Ucrania 2014, a partir del proceso electoral del domingo 28 de julio, tratando con ello de promover un golpe de Estado, o una guerra civil entre hermanos en Venezuela, procurando con ello quebrar la institucionalidad e instaurar una dictadura llamada con el cliché de “gobierno de transición”, como el que sí lograron instalar en el Estado Plurinacional de Bolivia en noviembre de 2019, y que fue felizmente barrido por la voluntad democrática de ese pueblo.
El fascismo es una realidad ahora bajo la financiación y apoyo del lobby tecnológico que por supuesto guarda muchos intereses tanto en el litio y otros recursos vitales, que Venezuela también posee en tierras raras, así como un espacio geográfico excepcional en materia aéreo espacial, siendo apetecible esto último para la empresa de Elon Musk, Starlink, que por cierto no tiene concesiones en nuestro país, el único lugar en toda América Latina.
Existe una pretensión estratégica, desde EEUU y Europa Occidental, de hacer irrumpir liderazgo fascista en todo el continente latinoamericano, tendente a barrer todo el progresismo y a la izquierda, procurando con ello instaurar una nueva etapa de recolonización con personajes políticos totalmente adheridos a las determinaciones de estos centros mundiales y sus intereses, tal como por ejemplo hoy tienen a la élite política de Ucrania.
Derrotado el intento de golpe de Estado del 29 de julio de 2024, impulsado por el extremismo para tratar de “cobrar” por la fuerza una victoria que no obtuvieron en las maquinas electorales, denunciando nuevamente fraude, la elección ha tenido el cauce institucional de verificación, certificación y convalidación de resultados dados por el Consejo Nacional electoral, y que fue observado y valorado por el Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Electoral, determinando como válida la victoria del Presidente Maduro a partir de la revisión de las actas y el sistema de votación del Poder Electoral de Venezuela.
La oposición extremista ha demostrado de manera sistemática su carácter anti sistema político, despreciando en manera constante cualquier instancia del Estado Venezolano. No acudieron a firmar el acuerdo emanado del Poder Electoral para respetar los resultados de la elección presidencial; no asistieron al Tribunal supremo de Justicia, obligados como están a hacerlo para no entrar en desacato, para llevar al supuestas pruebas del fraude electoral que denunciaban; tampoco asisten a la Fiscalía General de la República para ser cuestionados sobre su actuación el 29 de julio y ante esta actitud sistemática sobre las instituciones del Estado Venezolano, teniendo en cuanta que sumado a los daños materiales del intento golpista del 29 de julio, hubo 25 venezolanos muertos en esta jornada de violencia fascista por la cual deben responder.
Falsos veedores internacionales del proceso electoral presidencial del 28 de julio, como el Centro Carter y una Misión de Naciones Unidas, sólo sirvieron de pie de apoyo para tratar de emular la acción golpista que logro estimular la Organización de Estados Americanos OEA en el Estado Plurinacional de Bolivia, en noviembre de 2019, donde forjaron un documento técnico que no mostraba fraude alguno para justificar así la denuncia del fascismo boliviano y, eventualmente, el golpe de Estado contra Evo Morales Ayma. En el caso venezolano tal cosa no les ha funcionado.
Adicionado al intento de entronizar con fuerza al Fascismo en América Latina, quienes operan desde el extranjero intenta socavar las funciones básicas y atribuciones del Estado para, como es el caso de la República Bolivariana de Venezuela, pueda defenderse de esquemas de agresión para destruir su integridad territorial y unidad política. Ejemplo de esto es la abierta utilización de la ciberguerra como una nueva variante de agresión sistemática al país.
Lejos de las visiones catastróficas que pretenden vender un país en ruinas, la República Bolivariana de Venezuela viene recuperando de a poco su normalidad, siendo además su proyección en materia de crecimiento económico de los primeros en el continente, de acuerdo a instancias como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL o en Fondo Monetario Internacional FMI.
Algunas verdades a un mes de una nueva victoria heroica del inquebrantable pueblo venezolano.
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