ACTO: ANTONIA, PUERTO RICO TE RECUERDA DESDE TENERÍAS.
Les saluda María Milagros Rivera Pérez, sobreviviente y protagonista de la lucha estudiantil de los años 70 de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Agradecemos la invitación al Comité Organizador de esta actividad y en particular al amigo y compañero Carlos Reyes Alonso, quien ha estado al frente de esta recordación para las presentes y futuras generaciones.
Los compañeros y compañeras del Comité del Partido Independentista Puertorriqueño del municipio de Ponce desde 2010 se dieron a la tarea de conmemorar esta fecha para que mantengamos viva en nuestra memoria, como diría el poeta, que LOS PUEBLOS NO PERDONAN.
Les reiteramos que nuestros muertos viven mientras les recordemos y honremos en lucha.
Recordar ANTONIA MARTINEZ LAGARES no es una efeméride más por una estudiante asesinada por la Policía de Puerto Rico. Es recordar una gran lucha encabezada por lo mejor de las juventudes del país en la década del 70 en favor de la paz para Puerto Rico y la humanidad. Es recordar y comprometernos con la fundación de una verdadera PATRIA NUEVA para PUERTO RICO.
Los pueblos no podemos ni olvidar ni perdonar los crímenes a los que luchan, a nuestras juventudes, a nuestra gente pobre ni el asedio a nuestras instituciones. Los que estuvimos aquel 4 de marzo de 1970 en Río Piedras… podemos contar parte de una historia valiente del estudiantado en lucha contra el militarismo y la represión.
Yo era miembro del Comité Ejecutivo de la FEDERACIÓN DE UNIVERSITARIOS PRO INDEPENDENCIA, la FUPI. En la universidad se desarrollaba una larga jornada contra el militarismo y la presencia del ROTC en el recinto. Deben recordar que esto formaba parte de la gran ola internacional de repudio a la guerra de Vietnam que el imperio de los Estados Unidos desataba contra ese heroico pueblo.
Ese 4 de marzo de 1970, nosotras las mujeres, como estudiantes universitarias, organizamos un piquete contra el ROTC que prendió la chispa en la pradera ante la intolerancia de los fascistas que gobernaban en el país y la cobardía del Rector Jaime Benítez.
Los imperialistas tenían gran temor de lo que había pasado en Cuba con la Revolución en 1959 y por el gran desastre militar de los Estados Unidos en Vietnam. Los lacayos del patio veían que cada día se sumaban masivamente al reclamo estudiantil amplios sectores del pueblo.
Era evidente que en Puerto Rico, en los mismos Estados Unidos y el mundo los pueblos reclamaban el fin a la guerra y decían no al militarismo.
Nuestra universidad se tornó en un campo de batalla diario. Como parte importante de ese reclamo por la paz era ponerle fin al servicio militar obligatorio y la no presencia militar en el recinto. Cada vez que se marchaba desde el campus riopedrense hasta las oficinas del servicio militar obligatorio, cuyas oficinas estaban frente al Morro en el Viejo San Juan, para que tengan una idea de lo extenso de aquellas marchas, era como si fuera a pasar una tormenta. Marchas de miles de estudiantes y combativas las protestas. El huracán de la dignidad nacional se fue desarrollando.
El estudiantado boricua que se volcaba a las calles a luchar tenía claro que la imposición del servicio militar obligatorio era un signo de la dominación colonial en Puerto Rico al igual que la muerte de los miles de soldados que salieron desde las escuelas públicas recién graduados a morir al otro lado del continente. Muchos jóvenes boricuas salieron a pelear a tierras lejanas contra un pueblo que nada nos había hecho, salieron sin conocimientos, ni entrenamiento y como carne de cañón. Salieron a perder la vida, o a regresar gravemente heridos, enloquecidos o consumiendo diversas drogas que se introdujeron en el país de manera acelerada.
En ese entonces, frente a la grave crisis económica hubo varias huelgas obreras y rescates de terreno importantes en el país. El Partido Independentista, como partido electoral, se fortalecía y también las organizaciones clandestinas, así que los esbirros del sistema tenían que dar una lección contra el estudiantado que era la vanguardia nacional en la lucha por la paz, la independencia y la solidaridad con Vietnam y la Revolución Cubana.
Aquel 4 de marzo donde asesinaron a ANTONIA MARTINEZ LAGARES, ESTUDIANTE DE PEDAGOGÍA PRÓXIMA A GRADUARSE, hubo grandes atropellos contra la comunidad universitaria y riopedrense. Abusos policiacos sin control y el fascismo corría por la Ave. Ponce de León. Fuimos sobrevivientes de una batalla desigual.
Pero el estudiantado no se doblegó ante la represión y el asesinato de Antonia. Siguió su lucha militante y combativa hasta que el 11 de marzo de 1971 con la entrada de la Fuerza de Choque al recinto, los universitarios vengaron el asesinato de Antonia haciendo caer al cabecilla de la Fuerza de Choque. Todo Río Piedras se convirtió en zona de guerra, aunque desigual, las y los boricuas demostramos de qué estamos hechos.
Hoy, a 54 años de esos terribles sucesos seguimos de pie, luchando contra todas las injusticias y en abrazo solidario con todos los pueblos.
HOY QUEREMOS CONDENAR DE MANERA ENÉRGICA EL GENOCIDIO QUE SE COMETE CONTRA EL PUEBLO PALESTINO Y NOS REAFIRMAMOS QUE PUERTO RICO Y PALESTINA SEREMOS LIBRES.
PATRIA NUEVA PARA PUERTO RICO Y PALESTINA.
Quiero finalizar con unas palabras de Ali Primera que dicen EL QUE MUERE POR LA VIDA NO PUEDE LLAMARSE MUERTO. Aseguramos que ANTONIA VIVE Y VIVIRÁ EN LA MEMORIA DE TODO ESTUDIANTE UNIVERSITARIO QUE CONOZCA SU HISTORIA.
Así lo sentencia un poema de la autoría de Solimar Ortiz Jusino titulado TE VEO.
Te vi paseando en la calle sola
vestida de amapolas y soles
con caracolas como pendientes
y una palma sombreaba tu espíritu.
Te vi pasear sonriente
por cada marcha
que reflejaba los ojos
de aquellas universitarias
que gritan consignas de libertad
y actúan sin temor.
Te vi paseando en la madrugada
vestida toda de esperanza,
cantando con tu voz
en las voces de muchos balcones
ese grito desenfrenado
acto espontáneo de conciencia libre.
Te vi paseando silente
en los ojos de todas aquellas niñas,
en los ojos que veo en mi reflejo
y en los ojos de tantos rostros
que buscan desafiar el coloniaje
para encontrarse al fin libres.
Te sigo viendo Antonia
en el megáfono del frente
en el batallón de estudiantes
en los portones con las maestras
en los campamentos de resistencia
en la palabra que siempre grito
en la libertad de mi patria.
¡Siempre te veré,
amada Antonia!
GRACIAS Y QUE SIEMPRE VIVAN LOS ESTUDIANTES.
Nota: Lectura del mensaje durante los actos del 4 de marzo de 2024 por Solimar Ortiz Jusino en representación de María Milagros Rivera Pérez.
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