Desde la perspectiva histórica, política y jurídica, la puertorriqueña Ana Belén Montes representa para sus compatriotas puertorriqueños, para los hermanos del pueblo cubano y para el resto de los países latinoamericanos la reafirmación de los derechos humanos, el derecho internacional y la dignidad de los pueblos.
El viernes, 6 de enero, fecha en que se celebra en Puerto Rico el día de los Santos Reyes Magos, la puertorriqueña Ana Belén Montes fue excarcelada de la prisión de Carswell, en Forth Worth, Texas, luego de cumplir 20 años de prisión. Montes era analista de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) de Estados Unidos y fue arrestada por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, siglas en inglés), el 21 de septiembre de 2001, y acusada de obstruir la política de agresión de Washington contra Cuba.
Durante el proceso judicial en su contra, Montes expresó: “Considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa. Me consideré moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político. Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba (…). Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia (…). Hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia”.
Desde el momento de su arresto, las organizaciones independentistas puertorriqueñas y los grupos relacionados con los derechos humanos han considerado a la puertorriqueña una prisionera política. Ese apoyo se manifestó a través de la Mesa de Trabajo por Ana Belén, en el cual colaboraban familiares, el Frente Socialista, el Comité de Solidaridad con Cuba (CSC), el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, el Comité Pro Derechos de Puerto Rico y el grupo Poetas en Marcha. Desde su arribo a la Isla, aunque sin recibimientos públicos, el apoyo y la solidaridad para con Belén Montes no ha faltado.
“Boricuas, latinoamericanos y caribeños comprometidos con el bienestar colectivo, el respeto a la dignidad de los pueblos y a construir su futuro con dignidad acogemos con regocijo la liberación de Ana Belén Montes por las autoridades estadounidenses”, expresó la presidenta del CSC de Puerto Rico, Milagros Rivera.
“Después de dos décadas encarcelada en una prisión militar por su compromiso de conciencia ante la política criminal de Estados Unidos, deseamos que Ana Belén Montes pueda disfrutar de su patria puertorriqueña y del pueblo que la mira con admiración y respeto por ser ejemplo de dignidad”, resaltó.
Rivera dio a conocer que la noticia de la excarcelación fue recibida con un fuerte aplauso en una reunión de la Red Continental Latinoamericana y Caribeña de Solidaridad con Cuba, donde participan más de 30 países de nuestra América. La presidenta del CSC repudió la campaña de odio que ciertos sectores han desarrollado contra Montes y declaró que el pueblo puertorriqueño sabrá defender la dignidad y valentía que Ana Belén representa.
Por su parte, el copresidente del MINH, Julio Muriente Pérez, se expresó en sentido similar: “Ana Belén Montes es una heroína, una extraordinaria heroína”.
En declaraciones a la prensa, este aclaró que Montes no traicionó al gobierno estadounidense porque nunca le fue leal: “Su lealtad estuvo con la justicia y el respeto a la soberanía de los pueblos. Ella ha sido, en el sentido más alto, una combatiente por la dignidad”.
En entrevista, el licenciado Eduardo Villanueva Muñoz, analista político, activista por los derechos humanos y quien ha participado en campañas de excarcelación de otros prisioneros políticos puertorriqueños, resaltó que Ana Belén ha sido reconocida tanto por Cuba como por Puerto Rico como una patriota, como una prisionera política, como una mujer que ofrendó lo más valioso que un ser humano puede ofrendar por sus ideales y por sus principios, que es la libertad. Plateó que lo primero que hizo fue arriesgar su vida y ofrendar su libertad. Que, de hecho, fue encerrada en una de las prisiones más represivas y más crueles que hay para mujeres en Estados Unidos, que es para pacientes mentales, sin ella serlo, lo cual pudo haber puesto en riesgo de nuevo su vida y su integridad emocional y mental. Esto lo reconocen en Cuba quienes se han expresado desde allí y lo reconocen en Puerto Rico los diferentes organismos y personas que han apoyado la causa de su excarcelación.
En términos políticos, el licenciado Villanueva Muñoz, expuso lo curioso que resulta el que la declaración universal de los derechos humanos reconozca la no intervención de los países en otros países y que varios tratados internacionales de los cuales Estados Unidos es suscribiente también reconozcan ese principio de la no intervención. Sin embargo, ese principio, denunció, es violado constantemente especialmente por Estados Unidos. Un principio básico del derecho internacional es que todos los Estados, en defensa de su soberanía y el derecho a la autodeterminación, significan a su vez el derecho a darse el tipo de gobierno político que ese país quiera darse, el que tiene derecho a defender en caso de ataques militares y biológicos, como ha ocurrido en Cuba, ataques de actos de terrorismo contra su territorio nacional.
“Entonces, acusan a Ana Belén de haber sido traidora a su gobierno, al gobierno norteamericano para el cual trabajaba, por espiar y evitar actos terroristas contra Cuba de parte de Estados unidos”. Al respecto, trajo a la atención que el senador Marco Rubio, en unas expresiones que hizo, dijo que Ana Belén puso en riesgo —no dijo que murió ninguno de ellos, ni sufrió daño físico— solo dijo que Ana Belén dañó la operación de 425 agentes que el Gobierno de Estados Unidos tenía en Cuba. Villanueva Muñoz comparó el número de agentes de EE. UU. en Cuba versus los 25 agentes que tenía Cuba (el grupo Avispa) de los cuales solo cogieron a cinco, además de Ana Belén y Mirta Rita Velázquez, espiando para defenderse de actos terroristas en su territorio.
El licenciado Villanueva Muñoz señaló que a todas las potencias del mundo se les reconoce el derecho a tener inteligencia, que le llaman espionaje, para anticipar actos en su contra, lo que representa una contradicción desde el punto de vista de los derechos humanos en el caso de Cuba. El pueblo de Cuba ha sido objeto de ataques biológicos y químicos por parte de EE. UU. , que han afectado el derecho a la alimentación y su desarrollo económico; ataques a la infraestructura de hoteles, que incluso han afectado la vida de visitantes que no tienen nada que ver con el conflicto entre Cuba y EE. UU. Todo esto también obliga a que Cuba investigue todos esos ataques y los neutralice, reclamó.
“Ana Belén entendió que era una lucha desproporcionada, injusta, inmoral e ilegal a base del derecho internacional. Y quiso prestar su ayuda, que representa una ayuda mínima a lo que era el ataque desproporcionado de Estados Unidos contra Cuba. Por eso, desde ese punto de vista, veo una patriota no solo puertorriqueña y cubana; es una patriota latinoamericana, porque es una persona que antepuso su bienestar, físico, personal y su intereses profesionales a sus principios”, manifestó Villanueva Muñoz.
Villanueva pronosticó que a medida el pueblo de Puerto Rico vaya analizando y conociendo el caso de Ana Belén, y comprenda lo que ha ocurrido entre las relaciones de Estados Unidos y Cuba desde el 1959, que triunfó la revolución hasta el presente, cada vez que surja mas información desclasificada y libros que hablan sobre ese tema entenderán mejor por qué Cuba ha tenido que defenderse para proteger vida y propiedades y proteger la posibilidad de desarrollo económico de los habitantes de su territorio, que ha sufrido tremendamente no solo por el bloqueo, sino por los ataques militares y científicos a su población y a su territorio.
Respecto a la persona de Ana Belén, el analista político y militante independentista respaldó la postura de guardar su privacidad. “Creo que hay que dejar a Ana Belén en su posición tranquila. Tienen que cuidarla y no ser ingenuos, demasiados desprovistos de lo que significa cuidar a una persona”. Advirtió que una de las cosas que los imperios del mundo menos perdonan es que los que ellos consideran personas inferiores se le pongan de frente, se les opongan y realicen actos contrarios a sus intereses.
“Cuando eso pasa, hacen todo lo posible por reprimirlos, exterminarlos, excluirlos para dar un escarmiento. No es la primera, ni la última”. El mejor ejemplo de lo ocurrido en el pasado en Puerto Rico es lo enfrentado por Don Pedro Albizu Campos y otros muchos líderes y activistas independentistas.
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