Por Eduardo Villanueva
Me informan que trascendió a la historia de lo que fue su patria chica Vieques, el bostoniano Robert Rabin: maestro en historia, investigador, organizador, comunicador, conspirador para el bien y un patriota, que es lo que adjetiva una vida de entrega a un ideal.
Placido Acevedo caracterizó en una hermosa canción, vestida de poesía, lo que es sentir amor por un ideal, cuando expresó: “No niego que te quise locamente, como se quiere a un ideal”. Locamente, en la mente del poeta que musicaliza sentimientos, no es estar alejado de la realidad, no es estar enamorado sin límites, sin sentido de dignidad. Es amar sin medida de entrega, con la obsesión que siente el que ama el ideal, para que lo soñado la verdad del mito ( Martin Bubber) se concrete en algo cierto. Así amó Robert Rabin a Vieques, como a su amada hecha carne en la lucha. De manera creativa, con profunda entrega y constancia.
Muchas veces hicimos campamentos sobre desobediencia civil en su casa y en su patio chico. Comimos galletas y café de almuerzo. Vimos planear entradas y salidas a los campamentos prohibidos para que cesaran los bombardeos en Vieques. Vestimos el ideal de la paz y la libertad sin marina en la población civil y soñamos planes de desarrollo comunitario, sin procesos de desplazamiento y gentrificación, como desgraciadamente ha ocurrido al presente.
Varias veces fuimos entrevistados desde Radio Vieques sobre la lucha por excarcelar nuestros presos políticos, en especial la más larga y compleja, que fue la de Oscar López, lucha que hubo que dar contra enemigos externos y algunos internos.
Rabin sabía preguntar y dirigir una entrevista, como debe ser; con preguntas cortas, sin que el entrevistador quiera ser protagonistapara facilitar el proceso psicológico que permite que lo sea el entrevistado.
Los que luchan por la paz, por la libertad, por la justicia y por la protección de recursos naturales que son del pueblo, hacen de su vida la pintura de una obra de arte.
Nacen en alguna parte del planeta porque es inevitable, es ley de vida. Adoptan luego con su obra y su entrega al ideal que defienden, una patria que le servirá de escenario.
Rabin nació en Boston y se desarrolló como maestro, organizador comunitario y comunicador- educador, en Vieques.
Era boricua, lo fue tozudamente y lo defendió sabiendo que lo era, aunque hubiera nacido en la luna. Nos duele su partida, nos alegra y nos honró su vida.
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